Voy caminando en silencio por tus senderos de lajas
voy mirando tus estatuas
...ellas me miran y callan!
Hay flores blancas y rojas
niños que juegan y cantan,
y rayos de sol que besan
el césped verde esmeralda.
Una canilla goteando
sus lagrimones de plata
y dos gorriones que juegan
en un charco de agua clara.
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En lo alto de la iglesia
unas palomas curiosas,
parecen ruborizarse
del beso que aquella novia
depositó en la mejilla,
del galán que la acompaña,
a tirar una moneda
en la fuente de la plaza.
Todo es color y alegría,
la primavera ya estalla,
en el correr de los niños
y en el pájaro que canta.
...y yo sigo caminando
y recorriéndote, plaza,
mientras vigilan atentos...
cinco guardianes de lata!
Carlos A. Rodrigo
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