El pasado viernes 1º de junio, la Subsecretaría de Cultura del Gobierno de La Pampa y la municipalidad de Rancul presentaron el libro de Juan José Sena “Los Condenados de este Mundo”.
El acto contó con la presencia del
escritor, la subsecretaria de Cultura, Prof. Analía Cavallero; Carina
Torres Leyton, responsable del área municipal de Cultura, además de
vecinos y docentes que acompañaron la presentación. SEGUIR LEYENDO.-
La
actividad se enmarcó en los festejos por el 25º aniversario de la
Escuela Nº 234 "J. A. Picca" de dicha localidad y marcó el inicio del
programa "Escritores Pampeanos en Diálogo"del organismo provincial.
Tal como sucediera durante la pasada
edición de la Feria Internacional del Libro, la presentación estuvo a
cargo de la Prof. Patricia Malone, quien en esta oportunidad nos regaló
esta bellísima reseña de lo sucedido:
MEMORIA MÁS CERCANA por Patricia Malone:
"Viernes 1 de junio. Cae la noche −tan
unánime, al decir de Borges- sobre Rancul. Pero las luces de la Escuela
nº 234 se encienden y parecen desmentirla, porque un grupo de personas
esperan al escritor Juan José Sena, quien habrá de presentar pocos
minutos después su libro “Los condenados de este mundo”. Y lo hará en
ese lugar no sólo tan caro a sus afectos, sino también relevante en la
construcción de la obra narrativa.
Apenas pasadas las 20, Carina Torres
Leyton, responsable local del área de Cultura, da la bienvenida a Juan
José Sena. Con cálidas palabras, expresa la alegría por tenerlo allí
para celebrar conjuntamente los primeros 25 años de la Escuela 234
“Jorge A.Picca”. Bajo la locución de Miguel Ángel Ussei, Torres Leyton
cede la palabra a la Subsecretaria de Cultura de La Pampa. La profesora
Analía Cavallero comenta entonces al público que la presentación del
libro da inicio al Programa “Escritores en Diálogo”, que se propone
acercar a los autores pampeanos y sus textos no sólo literarios sino
también de investigación e historia, al público de los pueblos de la
provincia con el fin de establecer intercambios de ideas, diálogos,
preguntas, propuestas; Rancul es el ámbito elegido para desarrollar esa
primera experiencia cultural, y como menciona luego Cavallero, en esa
noche las anécdotas, impresiones, recuerdos de Juan José Sena abrazarán
el alma de sus cuentos y trascenderán el mundo literario para tornarse
sociales, para volverse una vivencia de la comunidad"
Tras estas reflexiones, la profesora
Patricia Malone lee un fragmento de “Memoria más antigua”: "tal vez el
cuento en que el escritor residente en General Pico se refiere de manera
más pregnante a su amado Rancul, espacio que siempre ha sido el
escenario de sus narraciones, aun cuando mentara otras voces, otros
ámbitos de la geografía pampeana.
Luego llegó el momento esperado: habló
Juan José Sena. Tras comentar la emoción que le producía estar en la
tierra de su infancia, señaló que Rancul era el lugar mítico en su obra.
Tal como Comala para el mexicano Juan Rulfo y Macondo para Gabriel
García Márquez, los ecos de la modernidad en la obra de Juan José Sena
no pueden reconocerse en otro territorio que el de Rancul, “la tierra de
mis bisabuelos”, ese lugar lleno de magia donde el escritor imaginó,
vivió, amó, sufrió y conoció las vicisitudes de una felicidad llena de
inocencia y magia. Sena habló de un personaje verdaderamente matriarcal:
su bisabuela Rosa Di Gregorio, emparentada con los Conforte, quien
donara las tierras del futuro cementerio para que nadie en Rancul
tuviera que pasar el tormento de enterrar a sus muertos en el camposanto
de Parera, no sin antes dejar precisas instrucciones sobre la
distribución de las últimas moradas para sus parientes y sobre el
funcionamiento de esa necrópolis en general. Mientras el auditorio
seguía este discurso con interés, Sena continuó hablando sobre el
verosímil de su obra y sobre el carácter ficticio de los nombres y los
personajes, pues como agregó con una contundencia no exenta de cierta
picardía: “No hay que tenerle miedo a los muertos, pero sí a los vivos”.
Los asistentes correspondieron con sonrisas cómplices a esta
aseveración. Finalmente, el escritor agradeció las muestras de afecto
recibidas, y se mostró dispuesto al diálogo y a las ansias de saber del
público.
Luego, Sena bajó del escenario, pero no
terminaron allí las mieles del reencuentro. Como para demostrar que el
único paraíso que tenemos es la infancia, luego arrebatado por los
tormentos de la existencia o para decirlo mejor en la voz de Olga Orozco
cuando dice que la infancia perdida es esa “piedrecita negra, lisa,
lustrosa” que nos resistimos a abandonar, Sena continuó recordando,
departiendo con sus nuevos públicos y sus antiguos amigos, evocando
tiempos, personajes, territorios.
A la hora de irse, y parafraseando al
autor, quedaban cosas por decir, historias por contar, complicidades por
establecer. La próxima vez, ¿por qué no?.Al embrujo de la noche de
Rancul, la memoria se torna cercana y el presente conjuga nuevos
relatos, actualizadas memorias, deseos de hablar, recuperar pasados no
tan remotos y así, ¿cómo no soñar con ello?, conjurar a las Moiras que
tejen el destino de los hombres".
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